Advertencia

Este blog está dirigido a un público adulto y puede contener textos o imágenes de carácter sexual y/o erótico, o resultar ofensivo para determinadas creencias o estándares morales.

30 de mayo de 2007

¿Estás bien?

Wounded Machinery por Decrepitude en DeviantArt

¿Estás bien?
¿Cómo puedo hablarte sin herirte?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo contarte mis amores?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo revelarte sueños rotos?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo frivolizarte con dinero?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo hacerte reír sin más?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo abrir mi mundo cerrado?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo hacer que brille el sol?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo besarte sin culpabilidad?
¿Estás bien?
¿Cómo puedo matar mis fantasmas?
¿Estás bien?
Sí, claro que estoy bien…

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22 de mayo de 2007

Anoche



Anoche maté a un mal hombre
Disparé en su corazón
Anoche crucé la línea
Siempre en busca de acción

Anoche gané una fortuna
Jugando a juegos de azar
Anoche regresé de pelea
Cuando me quise emborrachar

Anoche inauguré un pueblo
Rubricando con mi firma
Anoche lo dejé todo
Por una vez en mi vida

Anoche recorrí mil kilómetros
Con mi moto bajo la lluvia y el barro
Anoche bauticé setenta almas
Con agua que manaba de mis manos

Anoche leí las estrellas
Cuando todos
miraban la luna, sí
Pero ¿Sabes?
Anoche… te conocí.


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17 de mayo de 2007

Regreso del infierno


Dices que vuelves del infierno,
Quieres recordarme que yo soy Caronte,
Que yo soy quien bogaba los remos de esa barca
Que tiene un destino sin vuelta ni final.

Me hablas como si yo no hubiera bajado
Como si no me hubiera incendiado detrás de ti,
Siempre detrás de ti.
Y tú, que nunca mirabas hacia atrás…

No sé si lo sabías.
Me hablas de quemaduras
Como si yo fuera el impasible diablo que nunca arderá
Como si no supieras que yo también estaba en ese viaje,

Que probé la hiel y el deseo
Que probé el pecado y el amor
Que probé el odio y la miel
Que ahora estoy ciego porque aquel fuego me abrasó los ojos…


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14 de mayo de 2007

Los sueños del pequeño J.


El pequeño J. soñaba que sería famoso. En sus sueños, decía discursos en los que todo el mundo le aclamaba y era aplaudido. “¡Bueno, la verdad es que nunca imaginé que llegaría a tener tanto éxito!” Imaginaba que decía en sus discursos ante la sonrisa complacida de sus oyentes.

El pequeño J. soñaba que además de famoso, sería un hombre feliz, casado con una mujer bella e inteligente, halagada por todos, y que a su vez sería envidiado por haber conseguido semejante maravilla. Su mujer le querría un montón, siempre le haría la comida y le comprendería, y sería una amante estupenda. Nunca estaría de mal humor, ni enferma, siempre le sonreiría y le acariciaría, y cuidaría de los grandes y pequeños detalles.

El pequeño J. soñaba que tendría un gran éxito, y en un plazo no muy lejano, unos diez años a lo sumo, sería reconocida su gran valía en su trabajo, tendría un puesto de mucha responsabilidad, muy bien pagado, y con muy poco trabajo, y todo el mundo reconocería que la empresa con él había mejorado.

El pequeño J. soñaba que el éxito le podría haber venido tras escribir una gran novela sobre ovnis, o tal vez tras proclamarse campeón del mundo de fórmula 1 o de motos.

El pequeño J. soñaba que viviría en una casa muy grande y luminosa, con un gran jardín verde delante de la fachada, tan grande que podría plantar un par de liquidámbares, donde siempre luciría el sol y se reuniría, como Platón, para filosofar con sus amigos. La casa sería una vivienda unifamiliar, posiblemente de color blanco, y estaría siempre muy limpia y ordenada. Sus vecinos siempre estarían de buen humor, y nunca se entrometerían en su vida.

El pequeño J. soñaba que tendría una pequeña pandilla de amigos, tres o cuatro a lo sumo, que serían maravillosos, y con los que compartiría un montón de aventuras, y que siempre reirían al recordar historias pasadas, y a veces incluso se sonrojarían. Con sus amigos, las reuniones siempre serían una fiesta, y durarían toda la vida siendo muy buenos amigos, los mejores del mundo. Siempre se sentiría orgulloso de su amistad, y no viviría de recuerdos con ellos, porque no habría tiempo para ello. El presente siempre sería más divertido y atractivo.

El pequeño J. soñaba que de mayor sería un gran aventurero, que su vida sería súper interesante y nunca se aburriría, porque no existiría la rutina para un viajero impenitente y preparado para superar cualquier obstáculo. En cada lugar donde recabara, dejaría al menos una mujer enamorada de él, y a veces varias, incluso todas las de una tribu. Aunque a él eso no le importaría, porque sería normal.

El pequeño J. soñaba que sería el jefe de una banda de motoristas, y que juntos patrullarían las carreteras, de las que serían los amos y señores, aunque a veces “la poli” les molestara un poco, y tuviera que demostrar quien mandaba allí.

El pequeño J. soñaba que sería un hombre culto, leído, y sabio, muy respetado. Y que todo el mundo querría oír sus interesantes historias y callaría cuando él hablara. Y que siempre le pedirían su opinión, porque era conocido su buen juicio.

El pequeño J. soñaba que nunca estaría enfermo, y que sería un tipo duro, valiente y atractivo, con mucha experiencia en la vida y en mujeres, y que nadie se atrevería nunca a meterse con él, porque si lo hicieran, podrían morir en el intento, dado que sabría artes marciales y sería uno de los mejores del mundo.

El pequeño J. soñaba que siempre sabría qué hacer en las situaciones difíciles, y que siempre escogería el mejor camino. Soñaba que nunca dudaría, nunca cometería un error, y que todo lo que haría sería moral y ético, absolutamente irreprochable.

El pequeño J. soñaba que de mayor no tendría miedo de la soledad, ni de la oscuridad, ni de la muerte, ni de los monstruos de debajo de la cama, ni de los vampiros que acechan en la noche, ni de los seres de dentro de los armarios, ni de las sombras que se mueven solas, ni de los espíritus que se esconden en el interior de los muros de su habitación y cambian las sillas cuando él no mira, ni de los ruidos de la noche.

El pequeño J. soñaba que su osito de peluche siempre le protegería, que un día dejaría de necesitar su espada de madera para protegerse de lo imprevisto, y que sus papás serían eternos y siempre le protegerían.

El pequeño J. soñaba que nunca se avergonzaría de su aspecto, que nunca tendría miedo de los demás niños, que nunca bajaría la cabeza, ni se callaría cuando se cometiera una injusticia.

El pequeño J. soñaba que su vida sería un paraíso, por eso se suicidó.

O tal vez no se suicidó. Tal vez el pequeño J. creció y se transformó en un hombre gris y maduro, sin grandes sueños. Tal vez el pequeño J. nunca encontró la mujer a la que buscaba, tal vez nunca llegó a nada en la empresa, tal vez siguió agachando la cabeza y teniendo miedo de las pandillas de niños, nunca realizó un viaje, no conoció ninguna mujer, nadie callaba cuando él hablaba y era el hazmerreír de los que le conocían. Tal vez el pequeño J. nunca creció mucho y se quedó bajito y enclenque. Tal vez nunca supo llevar la sonrisa en la boca. Tal vez su trabajo le hizo renunciar a la ética y era el encargado de despedir a la gente, o tal vez era el contable de su empresa, porque no se atrevía a despedir a nadie. Tal vez tenía hijos con los que no sabía jugar y a los que no entendía, y su coche siempre estaba en el taller. Tal vez nunca tuvo una moto y jamás supo lo que era respirar el viento de la libertad cuando te da de frente en el rostro.

Tal vez el pequeño J. lloraba todas las noches, o tal vez nunca lloró.


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11 de mayo de 2007

Comunión

Fotografía original de Ben Heys

Coge mi mano con tu mano caliente en mi intimidad,
Muerde mi boca con tus mordiscos de labios rotos,
Toca mi sexo con tu sexo sin sumisión,
Sonríeme con tu peor sonrisa sin deseo.

Fóllame como tú follas,
como cuando callas a los canallas
Háblame como me hablas,
como cuando suspiran los eruditos
Hiéreme sin tus heridas,
como cuando matas con tu puñal turbador
Miénteme sin tus mentiras,
como cuando tararean extraños tus cuentos de sangre

Mañana es un día nuevo
No me duele
No seré un muerto
Quito la arena de mis zapatos.

¡¡¡YAAAAAAAAA!!!

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9 de mayo de 2007

Soldadito (Héroes-II)


-Ya me conoces, Trapis, a ti no te voy a engañar…
-¡Joder tío, pero una medalla al honor…!
-Esto entre tú yo, pero no se lo cuentes a nadie…
-Claro tío, palabrita del Trapis.
-Pues eso. Ya sabes que me apunté al ejército. Mi vida era una ful. Me preocupaba más pillar algo para colocarme que follar ¡Total, para lo que follaba!
-Ya…
-Y me apunté, tenía que salir de esa mierda.
-¿Y?
-¡Joder, si el día que mangásteis el buga ese me quedé en mi keli porque me cagaba!
-¡Venga colega, no te enrolles…!
-Pues me estaba pegando una vida de puta madre y en esto nos envían de apoyo a no sé qué misión de paz. Y un día tan tranquilos, en el jeep, nos hacen una emboscada. Yo iba al lado de mi sargento, que pilotaba el tema de cojones. Te juro tío que yo estaba acojonado. Me escondí debajo del jeep y no fui capaz ni de pegar un tiro. El blindado que iba delante de nosotros había volado por los aires. Los del jeep de atrás pegando tiros, y yo acojonado pegando gritos como una piba. En esto miro a mi sargento ¡y está fiambre!
-¡Coño!
-Nunca había estado tan cagado. Estaba paralizado de cojones y seguro de que iba a palmarla allí, en el puto culo del mundo. Oía las balas silbar a mi lado. No sé qué me pasó por la cabeza… de repente cogí la metralleta que había a mi lado. Me daba igual si me mataban, pero era como si algo me gritara que no podía palmarla así. Salté de detrás del jeep y me dirigí hacia donde nos disparaban como si estuviera poseído, tío. Salí corriendo y gritando, disparando la metralleta sin saber hacia dónde. Vi entonces a los cabrones esos emboscados, flipando conmigo. No se esperaban a un puto loco. Y sin dejar de correr moví la metralleta hacia ellos. ¡Sólo eran tres!
-Jo-der
-¿joder? Tío, no sé cuántas balas metí a cada uno. No quedaron ni para hacer papilla. Jamás pensé que haría una salvajada así…
-¡Quien lo diría!
-Luego ya vinieron las medallas y eso…

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4 de mayo de 2007

Dualidad



Papel blanco. Libertad. Espacio. Pensamiento.

Tinta azul. Impresión. Flujo. Arte.

Bosque verde. Frondoso. Estático, persistente. Inspirador.

Letras... palabras... tiempo. Tiempo.

Existe un diálogo interno entre tú y yo. Un diálogo silencioso, palpitante. Génesis mutua de ideas veloces, oscilantes entre nosotros: Mi boca y mi cerebro, mi voluntad. Girando, revolviendo la materia gris, mezclándose entre su geografía, escondiéndose en los últimos rincones, curioseando donde nadie le llama, donde nadie me llama.

Descanso, relax, suavidad, amplitud subjetiva a la hoja y su imprenta, contenido y sinsentido consentido.

Vuela.

Sumérgete.

Despega, escapa.

Busca, entra.

No te pares, no aterrices bajo riesgo de ser tú, predecible, inmutable, propio, y no ello, eso, aquello, indefinible: tú, pero no aquél.

Enrédate en tu ovillo de lana, y en ti serás siempre una bola. Y rueda. En tu sociedad, en tu suciedad.

Vive.

Duerme.

¡Sal!

¡Azúcar!

No hay más. Tú decides. Tú. No lo dejes.



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1991